Escribí este relato en enero, antes de saber nada sobre un virus llamado Covid19.
En febrero decidí que, si quería terminar mi tercera novela, no podía publicar cada mes un relato. Debía centrarme. «Lo haré cada dos meses», me dije.
Marzo ha sido tan trágico que no podía pensar en relatos, ni en novelas ni en ninguna otra cosa que no fuese la familia, el dolor de la pérdida y en cómo mantenernos a salvo los que aún seguíamos sanos.
Ha llegado abril y, tras el infierno vivido, seguimos sintiendo pena, pero también algo de calma. Es hora de seguir adelante, permitiendo que el tiempo nos sane y dando espacio a las cosas que nos hacen felices. En mi caso, la escritura.
Así que aquí os dejo un relato romántico y melancólico que nada tiene que ver con la pandemia, a pesar de la imagen.
Espero que os guste.
❤️Deseo aprovechar para enviar mucho ánimo y fuerza y un abrazo enorme a todas las familias que de algún modo se han visto afectadas por esta terrible enfermedad. .
Toda una vida imaginada 